A todas nos ha pasado, te metes al metro y si es en hora pico y tienes que viajar en vagón sardina te ponen una torteada que para qué te cuento (no solo le pasa a las mujeres, también he sabido de hombres a los que les pasa), eso siempre pasa y nada que no se pueda solucionar con un prendedor de aguja. Sin embargo existe otro tipo de acoso, los exhibicionistas pervertidos que se meten al metro a llevar a cabo actividades que deben limitarse a sus dormitorios, pero que sin embargo obtienen una satisfacción al hacerlo a la vista de todo mundo, infringiendo directamente los derechos de los demás pasajeros.
Una amiga me contaba que en la línea 1 a ciertas horas se sube un individuo que va leyendo revistas porno que no están precisamente dentro de lo legal y realizando obvias actividades manuales, además se le queda viendo a las mujeres núbiles con una mirada intensamente lasciva al grado de resultar insultante, una vez me tocó ver a ese fulano, bajando en mi estación le notifiqué a una guardia quien me preguntó en que lugar estaba exactamente, tras dar ese dato me comentó “no se preocupe señorita, en la siguiente estación ya lo están esperando” espero que le hayan dado un escarmiento al fulano ese.
El siguiente artículo apareció en el Universal, sobre la odisea de una chica que recibió una agresión sexual en el metro y denunció, recorriendo un vía crucis en el ministerio publico en el que, en cada momento intentaban disuadirla con el argumento de “el joven va a recibir una pena muy severa por una falta tan pequeña” pues la agresión sucedió dentro del vagón del metro.
Es evidente en el artículo la actitud del ministerio público con tal de no tener que hacer tanto papeleo.
domingo, 18 de julio de 2010
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2 comentarios:
Sí, con tal de hacer menos papeleo las autoridades hacen lo posible por disuadir a las victimas.
Pero la verdad y aunque no conoco ningun caso, a mi me da miedo esa ley. Cualquier mujer puede denunciar a cualquier hombre sin pruebas, solo con su declaración.
Y estoy de acuerdo que pedir pruebas es inhumano, pero no dudo que alguna mujer quiera hacer de esto una venganza o modo de vida.
Desafortunadamente Hluit, hay muchos casos de mujeres que se aprovechan de esta ley para chantajear a muchos usuarios del metro; lo cual es muy lamentable
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