Debo reconocer que pensar en sacar la visa
gringa me sacaba tirria, nada me molesta más que enseñar prácticamente hasta
los chones y que me interroguen; pero en fin después de 20 años de estarme
haciendo mensa la posibilidad de viaje de trabajo hizo urgente echarme todo el
trámite.
Ya tenía algo de experiencia al llenar el
larguísimo formato electrónico cuando le ayudé a mi esposo para que sacara su
visa, así que ahí me tienen llenándolo, lo malo es que como guardé mi visa
anterior (cuando tenía 7 años) para que no se perdiera no tenía ese dato a la
mano… demonios y ya no recordaba donde la puse.
Acabé el formato tenía todo listo y pasa lo
del robo a la casa y pues ni modo, el dinero se fue para comprar la puerta
metálica, fue hasta junio que junté la lana otra vez y seguí con los trámites y
oh! Demonios, en ese lapso la cuota de la visa subió 10 dólares y el dólar se
trepó a 14… sniff
Pagué por internet usando la tarjeta, saqué
mis citas y me avoqué a la conseguida de papeles, llevaba de todo, hasta mi
acta de nacimiento, aunque no mi acta de matrimonio.
Mi esposo me había comentado que cuando él
fue, estaban muy estrictos: nada metálico y no tenían donde guardar las cosas,
su solución era ponerlas en una charola amontonadas y tardarse un poco más de
rato en entrar.
Nada metálico… ok puedo quitarme las joyas
pero algún genio decidió que hasta las bolsas más simples deben llevar herrajes
metálicos y los cierres tienen partes metálicas, así que opté por llevar todo
en una bolsa y solo las llaves y unas monedas como cosas metálicas para ir al
CAS o centro de atención a solicitantes.
Total, una fría mañana de sábado llevo mis
papeles y haciendo cola me informan que necesito el formato de cita impreso, el
cual, adivinen… no llevaba, por fortuna el lugar está lleno de libres
empresarios que ayudan a los poco previsores como yo a un precio más o menos
razonable (considerando el apuro) así que me condujeron a una agencia de viajes
a unos cuantos metros de ahí donde me imprimieron el formato.
Finalmente en la
cola escucho a los asistentes diciendo “pasaporte, código de barras del
formato, recibo de pago y formato de cita” evidentemente el recibo de pago no
lo tenía, así que me encomendé a Mastercard, por fortuna en el formato de la
cita venía el recibo electrónico y pude pasar al interior, un par de colas más,
una recepcionista revisando todo, finalmente llego a la sala… tome su lugar y
lo van a ir llamando… llego a la ventanilla, me sacan una foto (seguro me veo
como muerto fresco) me toman las huellas digitales y ya.
No estuvo tan mal, me leí como 50 páginas
del libro que llevaba.
Eso sí, las señoras entrando con sus joyas,
sus bolsos, sus celulares (los tenían que apagar y quitarles la pila) y yo sin
nada… me dio un poquito de coraje, eso sin mencionar que tanta seguridad lo
pone a uno nervioso.
mañana, la segunda parte de la tramitología.
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