miércoles, 9 de noviembre de 2011

Ideologías

En México, como todos lo sabemos el peor insulto es hacia la madre de las personas (aunque llamarlos diputados, panistas, pristas o perredistas o verdes o hijos de Elba Esther Gordillo se acercan a ello), los españoles tienen la costumbre de mandar a la gente muy lejos, nosotros, refinamos eso mándando a la gente a tener comercio carnal con su progenitora, la sagrada, sobajada y despreciada madre.

Durante mis clases de inglés, un maestro nativo nos explicó que en Estados Unidos, el peor insulto que puedes decirle a alguien no es "Fuck You", es decirle "Liar" (Mentiroso), una acusación de ese tipo termina amistades o puede iniciar pesados y caros juicios.

Para un americano promedio, con educación conservadora (como era el caso de nuestro maestro) el honor es algo muy serio, para él, la idea de hacer trampa en un examen, es inconcebible y veía con extrañeza la corrupción de México. Por ejemplo, con su poco español no entendió que el oficial de la aduana le pedía un soborno para dejarle pasar a su gato y al final se rindió cuando vió que no lo iba a obtener.

Otra maestra que tuvimos, originaria de Cuba, compartía la misma ideología, viendo como algo inconcebible el que un estudiante hiciera trampa en un examen, ella también tenía una ideología completamente opuesta a las mentiras, incluso las mentirijillas pequeñas a las que los mexicanos somos afectos.

Sin embargo, ella nos confesó la única mentira que dijo en su vida: cuando a su padre le diagnosticaron cáncer en la próstata, ella, con ayuda de amigos suyos en el instituto de salud, falsificó los análisis de su padre y le convenció de que lo que tenía era una infección muy fuerte de intestino (el señor estaba deshauciado) le dieron medicamentos para controlar el dolor y las molestias y cuando tenía episodios malos, le decían que la infección a veces volvía. El padre de ella vivió 10 años más y falleció por otra causa distinta al cáncer (accidente automovilístico). Ella lamentaba desde el punto de vista moral el haber mentido, algo que fue muy duro para ella, pero no lamentaba el haber engañado a su padre.

Recordando que los 2 hombres que he visto acabarse en meses cuando se enteran del cáncer de próstata, no la culpo.

la cuestión con los mexicanos es que la mentira se ha trivializado, desde los padres que enseñan a sus hijos a mentir con frases como "si llama fulana dile que no estoy" hasta las pequeñas mentirillas para volver más interesante una historia.

Nos volvemos mentirosos, aún sin necesidad, por que es lo que vemos a diario.

2 comentarios:

Hluot Firthunands dijo...

Se vale mentir siempre y cuando trabajes para que la mentira se convierta en verdad.

Kishiria dijo...

Como hizo ( de cierta manera) la profesora

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