Todos conocemos la historia de Isabel Miranda Wallace, quien al sufrir la pérdida de su hijo a manos de secuestradores movió cielo mar y tierra para encontrar a los secuestradores, ayudada por el dinero que su posición económica le proporcionaba y una tenacidad a prueba de amenazas, autoridades incompetentes y todo tipo de eventualidades, hizo una labor detectivesca para ponerle a las autoridades en bandeja de plata a los asesinos de su hijo; haciendo, por necesidad, el trabajo que les correspondería a éstas.
Podríamos decir que le facilitó mucho el tener los recursos para hacer semejante investigación y es cierto, hay miles de madres con hijos secuestrados y asesinados que siguen sin obtener respuesta de las autoridades. No obstante, la SEÑORA, así, con mayúsculas se ha convertido en un símbolo de justicia ciudadana y ha puesto en evidencia al poder judicial en el país.
Ayer, se le entregó el premio nacional de derechos humanos 2010, ocasión que la señora aprovechó para hacer un llamado a las autoridades, a la población y a poner el dedo en la llaga de nuestro país: la inseguridad. Si somos completamente realistas, el premio se siente como un premio de consolación, ella merecería otro tipo de reconocimiento o incluso un nombramiento de por lo menos comisionada de derechos humanos o procuradora; por que a fin de cuentas, la señora da más resultados que la bola de inútiles que se encuentran ahí
Mientras tanto, su búsqueda por los restos de su hijo continúa, junto con su búsqueda de justicia.
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3 comentarios:
Pues parece que el gobierno panista sigue la escuela del priismo:
Premios a los luchadores sociales y una politica en contra de sus acciones.
Lo mismo ha pasado durante decadas con Rosario Ibarra de Piedra.
Pregunto yo ¿donde está el cambio tan prometido por los azulitos?
en la política no hay cambios, sólo oportunistas, sean azules tricolores, amarillos o fosforescentes
Si, todos los politicos son iguales, pero resulta de que ahora quienes cobran son azulitos.
Cuando sean verdes, rojos, naranjas o amarillos ya veré a quien exigirle resultados.
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