miércoles, 3 de junio de 2009

Debo no niego, pago no quiero.

A veces por azares del destino acabamos trabajado en compañías mal armadas, con dueños irresponsables o que bien, son un caos en cuestiones administrativas, tienen a sus empleados trabajando y sin saber decirles cuando les van a pagar por las horas trabajadas… ¿alguna vez les ha pasado eso?

Los empleados comenzamos por un lado a sentirnos incómodos ante las negativas, las llamadas que nunca contestan y una gran inseguridad al no saber que sucederá la próxima quincena. Por que es bien sabido que en este país, hay mucha gete que se hace cien por ciento sorda cuado se menciona la palabra pago.

¿Por qué pasamos por estas experiencias? Por que no hay regulaciones reales con respecto al trabajo y tampoco exigimos estas regulaciones como empleados. No nos interesa tener un contrato y a la hora de que hay problemas de pago, los empleadores salen con monadas de “pues si quieres ve a la junta de conciliación y arbitraje, a ver como pruebas que trabajaste para mí” y una gran colección de frases por el estilo.

En un caso que me ha tocado ver muy de cerca, dos socios disputándose las ganancias y los contratos, dejan sin pagarle una quincena a sus empleados. No contestan las llamadas y no los reciben, los empleados, que trabajan fuera de las oficinas de los dos jefes, siguen trabajando, enfrentan la crisis de la influenza sin saber que hacer y sin recibir noticias de sus pagos. Los jefes, quienes cobran los servicios por adelantado, alegan que no tienen para pagar la nomina y que esperen y esperen y esperen… al cumplirse el mes, se levanta la huelga de los empleados con sus jefes quienes en la pelea por el poder, buscan como ganarse la confianza de los empleados para que el otro le ceda los derechos de la empresa y la pueda manipular a su antojo. Casi parecería una historia de telenovela del horario de las 9 de la noche pero estas historias pasan todos los días en nuestro país lleno de promesas que no se cumplen y ante la falta de documentos que comprueben la existencia de estas promesas.

Así vivimos, y es que la cosa está tan complicada que el trabajo que nos den, el que sea y como sea no nos importa. No nos importa que sea honorarios, honorarios asimilados a salarios, que no hayan recibos, que no existamos ante hacienda y eso de tener un trabajo con prestaciones médicas, es como esas leyendas que cuentan los bisabuelos de la Revolución.

2 comentarios:

Kishiria dijo...

uy... este post nos hace ver la infensión de un trabajador... horror!

Unknown dijo...

mensaje de prueba :P

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