Este fin de semana pensamos que la suerte le había al fin sonreído de entre las solicitudes aparecio un adoptante con buenas posibilidades; el sabado se les cito en un parque para que conocieran al emocionado perro. Paseamos con ellos para que se conocieran el uno al otro y se le explicó sobre conducta cándida, entrenamiento, educación y lo que uno puede esperar.
Muy seguro el adoptante dijo que estaba listo para dar el siguiente paso y se llevo a un Chico que iba muy feliz caminando a su lado. Lamentablemente la historia no termina ahí; a los dos días recibí la triste llamada telefónica que ningún protector quiere escuchar.
"Lo sentimos mucho, no podemso tener al perro, ya tiró..ya rompió..ya mordió... y yo le subí la voz y lo regañé y no hace caso, es tan grande y no tengo dinero para manter a un perro de este tamaño, yo pensé que si pero no"
Me dolió muchísimo, sobre todo porque se le explicó con cuidado antes que todo esto iba a pasar y se pusieron a su disposición veterinarios, etólogos y nuestra ayuda constante. Me dolió porque son las razones por las que la mayoría de los perros terminan en la calle en primer lugar, falta de seriedad, compromiso y cariño.
Los perros no son peluches que se mueven, son seres vivos que requieren atención y cuidados y siempre estarán ahí para regresarte todo el cariño que les des, pero se necesita que des de tu parte.
Así que Chico viene de regreso y sigue en busca de un humano responsable que quiera compartir la vida con él, esperamos que en esta segunda vuelta aparezca la persona adecuada y que poco a poco todos tomemos conciencia para que casos como estos comiencen a escasear hasta que dejen de repetirse.
2 comentarios:
Bueno, eso pasa cada vez que la gente se tiene que enfrentar a las responsabilidades de sus actos.
Espero que encuentren una casa para Chico.
Mucha gente no entiende que una mascota conlleva responsabilidades, a esa gente les aconsejo comprar un peluche gigante
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