martes, 16 de julio de 2013

acudiendo a autoridades mayores

Nuestra historia de hoy tiene lugar en Seattle, una mujer se encontró con que abrieron su auto y le robaron sus zapatos para correr y sus lentes oscuros… pero los ladrones le habían dejado algo: el teléfono celular de uno de ellos; tras investigar el celular y pensar un rato las cosas, la víctima del robo, decidió llamar a la mamá del dueño del celular (sí, había un contacto que se llamaba así: “Mom” por cierto, no lo hagan es un error de seguridad) y le explicó la situación a la mamá de quien la robó, la señora estalló en lágrimas, pero la citó al día siguiente en su casa.

Al día siguiente, la víctima del robo acudió y conoció a los ladrones: el hijo de la señora y un amigo, ambos no tenían más de 19 años y tenían cara de haber llorado; los regañaron más y decidieron que no se les denunciaría, pero que los jovenzuelos tendrían que devolver lo robado a sus dueños y pedir disculpas a cada uno de ellos (10 en total).

Por fortuna, ninguno de ellos decidió levantar cargos, ya que estuvieron de acuerdo que a la larga, un expediente policial podría ser perjudicial para ellos. Eso no quita que hayan quedado castigados por lo menos hasta que tengan 30 años.


2 comentarios:

Hluot Firthunands dijo...

¡Orele! Creo que esa lección les va a servir más que 3 años en el reclusorio de menores.

Qué buena decisión la de la señora.

Kishiria dijo...

Es que no hubieran ido a dar al reclusorio de menores, tenían 19 años, se hubieran ido derechito a la cárcel para adultos

Que bueno que la afectada decidió llevar el asunto a una autoridad mayor y no arruinarles la vida

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