Seguramente han escuchado del incidente de Woolwich, en el
que dos musulmanes atacaron a un soldado británico y lo decapitaron en plena
vía pública, en un vecindario suburbano a una hora de intensa actividad; en
medio de la conmoción una dama de 49 años se acercó a tratar de ayudar al
soldado y al darse cuenta que era muy tarde confrontó a los atacantes, mucho
más altos que ella, tratando de convencerlos de que le entregaran las armas… la
dama los entretuvo el tiempo suficiente (20 minutos) para que llegaran las autoridades y se
hicieran cargo de ellos.mientras otras dos damas protegían el cuerpo del soldado asesinado.
La dama, Ingrid Loyau-Kennett, es una líder de tropa scout y cuando fue
entrevistada, externó que su principal preocupación fue que los agresores no
atacaran a alguien más y que estaba muy consciente de lo que le podrían hacer
pero que lo que ella pensó “mejor yo, que un niño”.
Este incidente tiene muchísimos matices políticos que no voy
a mencionar aquí, creo, que lo más importante es la actitud de una persona que
pensó en salvar a los demás.
5 comentarios:
Fíjate que cuando leí la noticia me pareció increíble que ni los militares ni la policía le hubiera caído encima a estos tipos a los 30 seg. del ataque. Sinceramente creí que era una locura y una gran falla de las autoridades... hasta que entendí que, de haber sido así (estilo EUA), los hombres habrían seguido atacando y disparando y hubiera sido una carnicería. La actitud de las personas que dialogaron con ellos y hasta los filmaron permitió que nadie más saliera dañado, incluso cuando la policía llegó tuvo que someterlos hiriéndolos, pero no los mataron. Mucho que aprender de los ingleses...
Pues si, un poco de mesura y personas muy muy valientes evitaron una carnicería
Me siguen pareciendo admirables, arriesgarse de esa manera y con toda la calma delmundo
Buen punto el de Özer, es mejor negociar y distraer que llegar como maniático asesino a someter a maniáticos asesinos.
Y muy admirable al actitud de la señora.
es mucho más sensata esa solución y la verdad, qué valor
Publicar un comentario