En esta nota, La Jornada informa sobre una toma de un
hospital en Chiapas realizada, según la nota, por transportistas, quienes
tomaron casi todo el día las instalaciones del lugar y no dejaron salir al
personal, ni permitieron que les llevaran alimentos.
La razón, que la nota explica, es por quejarse de los malos
tratos que reciben por parte del personal, que lleva ya varios meses y se
agravó cuando uno de los transportistas se accidentó y fue llevado al hospital
donde “lo trataron muy mal”
Sucede, que una de las médicos residentes secuestradas es
amiga de una de las colaboradoras de este blog, Antares y se comunicó desde en
la mañana con ella y con otros amigos suyos buscando ayuda y explicándoles lo
del secuestro. Antares necesitó 3 llamadas y más de 15 minutos para que la
policía local mandara una patrulla a revisar la situación, mencionando ella la
palabra secuestro y todo. Los amigos de la médico secuestrada se la pasaron
todo el día haciendo llamadas sin mucho éxito a las autoridades locales, la policía,
lisa y llanamente, fue, revisó y no se quiso meter con los transportistas
aduciendo que “no se había agredido a nadie” siendo que enfermeras y personal
de intendencia fue jaloneado y agredido.
Fue hasta las 7 de la noche que acudieron las autoridades de
salud estatales y federales (tras muchas, muchas llamadas) a negociar la
libertad del personal. De la alcaldía o gubernatura, ni sus luces y fueron los
primeros que se intentaron contactar.
Ahora, ¿quieren saber lo que en realidad pasó? La persona
hospitalizada en cuestión era un niño, no un transportista, los malos tratos
fue que se le hizo ayunar una mañana para hacerle un estudio y los que
bloquearon el hospital no eran transportistas solamente, también los lugareños.
No es la primera vez que toman el hospital.
Un recuento más real de los hechos, se encuentra en el sitio Animal político
Una amiga, enfermera ella, que hizo sus prácticas en
Chiapas, nos cuenta que la gente es muy dada a eso; a tomar los hospitales
porque nada les parece y que los que vienen del DF son tratados muy mal; a esta
amiga le tocaron 2 tomas de lugareños y una cuando lo del ejército zapatista.
En fin una búsqueda del poblado nos muestra que es una región donde los habitantes toman la alcaldía con frecuencia, que hay dos grupos en conflicto y que los usos y costumbres les permiten vender y comprar mujeres.
2 comentarios:
Voy a decir como me ha ido en la feria, sin pretender dar lecciones ni justificar a victimas u victimarios.
Si vas a una comunidad, ciudad, estado o país con costumbres diferentes a las tuyas más vale que entiendas que debes adaptarte.
En las ciudades grandes generalmente obedecemos a los especialistas y a las autoridades. Salvo los casos de delincuentes eso pasa siempre.
Pero para mucha gente de comunidades rurales o de otra cultura eso no es valido. Para mucha gente, un hospital o una planta de tratamiento de aguas residuales son cosas que el gobierno puso en la comunidad y ellos aceptaron bajo la promesa de mejorar su nivel de vida. Nadie habló de obedecer a los médicos o a los ingenieros. Menos de pagar impuestos por el servicio de prestan.
Así que para una persona de costumbres diferentes es valido discutir con un medico sobre cómo curar a sus hijos o decirle a un ingeniero que debe hacer trabajar motores sin la gasolina. Son cosas absurdas para nosotros pero es mejor entender su forma de pensar que oponerse. Finalmente tú estas en su casa, tú eres el extraño y probablemente en un poco de tiempo te vas y no regresas nunca.
El problema del hospital ese de comunicación social. La gente debe entender que tomar instalaciones no soluciona nada y los foráneos debemos entender que antes de entrar a su comunidad debemos estar dispuestos a aceptar sus usos y costumbres.
Y lo último aplica aun cuando los usos y costumbres sean la toma de hospitales o el abandono de insfraestructura que costó millones de pesos.
Sobre el riesgo de violación de las residentes no puedo opinar, eso me es totalmente ajeno primero por mi genero y segundo por mi esquema de trabajo. Lamento los momentos de miedo que pasaron ellas.
Creo que pones el dedo en un punto muy sensitivo: la educación para ambas partes, en ocasiones no hay ni comunicación, menos tolerancia.
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