"Entramos a México, entramos al infierno" es lo que dicen los migrantes centro y sudamericanos cuando entran a México; saben que están a merced de los policías, de los delincuentes y que la gente los verá como apestados.
A nosotros, los Mexicanos, nos molesta como trata la migra, los minute men y los gringos en general a la raza; pero no nos tocamos el corazón con los que vienen del sur.
La Casa del Migrante San Juan Diego, colonia Lechería, municipio de Tultitlán, Estado de México, asistía a los migrantes que bajaban de "La Bestia" el ferrocarril, era un esfuerzo conjunto del gobierno municipal, estatal, federal, la diócesis y varias organizaciones humanitarias, entre ellas, médicos sin fronteras. Antes, los migrantes dormían junto a las vías, varios cientos de ellos cada noche.
Muchos de ellos llegan con lo puesto, sin nada que comer y lastimados, a consecuencia de subirse al tren.
Sin embargo ya se habían presentado quejas de los vecinos por el albergue, que se estableció en 2011, ya que alegaban basura, ilícitos cometidos por los migrantes y un cierto grado de acoso a las mujeres del lugar.
Es normal, como ya lo vimos en el post de los conciertos, que a la gente que vive en una zona no le gusta ver aglomeraciones y gente extraña, especialmente si se ve en malas condiciones, como es el caso de estas personas que han pasado una gran cantidad de penalidades.
Amenazas, agresiones y finalmente, un atentado a balazos obligaron al cierre del albergue, que estaba localizado en terrenos pertenecientes a la diócesis, algunos migrantes fueron rapatriados voluntariamente y otros reubicados; las autoridades manifestaron no tener intenciones de buscar activamente a los migrantes para repatriarlos.
El albergue se desmontó pacíficamente y las autoridades eclesiásticas anunciaron a la comunidad que ya no se harán misas en la capilla del lugar.
Actualmente, el albergue está de manera temporal bajo el puente independencia, ahí se les proporcionan los servicios básicos: ropa, alimento, duchas improvisadas.
Pero los vecinos de la zona no los quiere ahí, ya que alegan actos violentos.
Las autoridades están a marchas forzadas para encontrar un nuevo lugar, descartan que se reabra el anterior por los problemas antes expuestos y porque no tiene la capacidad de atender a todos los migrantes que pasan por ahí cada día.
Se ha hecho un llamado a la ciudadanía, para donar ropa y alimentos de fácil preparación (sopas instantáneas básicamente) en el cartel que aparece a continuación muestra los centros de acopio; aunque el de Metro Etiopía ya no está en funcionamiento.
fuente aquí y aquí
miércoles, 8 de agosto de 2012
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2 comentarios:
La verdad me gustaría ayudar, pero necesito terminar de afinar mi plan de ahhoro para el retiro y seguir con las donaciones que ya tengo.
Espero que el problema se resuelva de la mejor manera.
Yo espero llevar ropa y cosas próximamente, y pues se ayuda cuando se puede.
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