El ser humano es experto en tropezarse con la piedra, no una, no dos, hasta media docena de veces, y si nos quitan la piedra, vamos y la buscamos o al menos una similar y hasta medimos la distancia para partirnos el hocico bien.
Existe otra modalidad: la del bache, pero en el bache nos estacionamos, lo acondicionamos y nos quedamos ahí y si nos tapan el bache, pues buscamos una pala y nos volvemos a meter en el mentado bache.
En otras palabras, la maldita costumbre del ser humano de aventarse de cabeza a los problemas y chillar y chillar y chillar… y seguirse regodeando en ello.
En las culturas orientales, el dolor es hacia adentro, en occidente, el dolor se proyecta hacia fuera y como dice un dicho en inglés “Misery loves company” quien se siente miserable gusta de sentirse acompañado y llorarle a alguien más, el problema es que tanta clavadez deja al pobre amigo sintiéndose kleenex usado. Y el ciclo se repite.
La solución es sencilla: sufrir lo justo y dejarlo ir, es esta última parte la que muchos no entienden.
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4 comentarios:
Decia un amigo que cuando pasa algo que no esperas debes preguntar ¿en qué me equivoqué?
Si estas saliendo de tu carro todo golpeado por un accidente ¿en qué me equivoqué?
Si tu pareja te dejó y se fué con tu mejor amigo ¿en que me equivoqué?
Si respondes la pregunta, dejas el dolor en menos tiempo y posiblemente nunca más vuelvas a ver esa piedra.
Muy buena frase de tu amigo, creo que me voy a robar el concepto...
Lo lamentable es que muchas vísctimas por vocación jamás tienen su parte de la culpa, todos los demás son culpables, menos ellos.
Muchos solucionarían muchos de sus dramas si aplicaran el consejo de tu amigo.
A todos esos que nunca tienen culpa les puedes decir:
"Como caca y no me des. Acabatela toda, repite ración y no me invites. De verdad, no quiero, es toda tuya"
prefiero el... "me confundes... con alguien a quien le interesa"
sútil y bien ácido
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