jueves, 1 de septiembre de 2011

"Lo traes atravesado"

Estas palabras me dijo mi exjefa cuando me quejé de un coworker: no llegaba a tiempo, masticaba su chiclote, no sacaba el trabajo a tiempo, y otras monerías más. yo me le quede viendo con ojos de plato.

-cómo?
- sus actitudes, su manera de ser, todo, ya te cae mal y no lo toleras
- pero es nefasto!
- no es tan nefasto como tú crees, pero tú lo traes atravesado, ya todo te molesta de él, el que hable, el que no hable, el que respire, el que suspire...
-pero... es que su actitud y los comentarios que hace...
- sus comentarios son normales, pero a ti ya te molestan y los ves como ataques, se trata simplemente de animadversión, la pregunta es... de dónde viene?

Mi ex jefa me ayudó a analizar la situación y encontramos el problema de raíz: que llegaba tarde, y la razón por que me molestaba tanto, es por que yo soy una facista de la puntualidad (lo admito).
- lo que no ves, es que él, además de vivir por tasqueña, es quien se tiene que quedar a hacer las ediciones y a acabar sus reportes, es cierto, es lento en su trabajo, pero lo hace con cuidado, tú tienes la ventaja de ser muy rápida, pero a veces se te van errores ¿lo ves? una cosa por otra.

Esa plática me abrió los ojos en cuanto a porqué odiamos gratis a la gente, un odio que se entiende a coworkers, a vecinos y hasta a los amigos, cuando ellos no alcanzan el standard que uno exige, como si se tratara de eso. Mi madre ya me lo había dicho en anteriores ocasiones "eres muy rencorosa" me tomaría muchos años y dosis obscenas de valemadrismo y tolerancia para dejar de guardar rencores a la prima fulana porque nunca te devolvió los 2 pesos que le prestaste.

Enójate con el compañero que te puso la zancadilla en el trabajo o con la amistad que te traicionó, pero no les guardes rencor, no se debe gastar energía en eso. Por eso, cuando vi la siguiente frase en twitter, me gustó tanto: "guardar rencor es como pagarle la renta de la casa a tu peor enemigo"

en verdad... ¿qué necesidad hay de eso? no olvides por completo y ya no confíes, pero ya no guardes rencor.

Sólo me costó unos 20 años de vida entender eso.

4 comentarios:

Hluot Firthunands dijo...

A veces es dificil ver las virtudes de los demás, a mi me costó varios años entender que no todo en el trabajo se debe ver como un concurso universitario. Por más que debamos ser competitivos, no toda la gente está dispuesta a competir todos los días por cualquier cosa. Y menos cuando se supone que son tus compañeros.

Que buena jefa tienes, no cualquiera se toma el tiempo para escuchar a sus trabajadores. En mi caso, a veces tengo que recurrir al gerente de personal para solucionar los problemas con mi jefe inmediato. Lo bueno es que eso solo pasa en uno de mis trabajos, en el otro parecemos más amigos que trabajadores.

Kishiria dijo...

Es una de las cosas más curiosas, tener que hacerte a la idea de que nadie es monedita de oro, ni tú mismo ni los demás y que para convivir tienes que ceder a veces y a veces tienen que ceder ellos. Y además, que tienes que negociar con ellos, te guste o no y es mejor hallarle su lado positivo.

Y si, aunque ya no es mi jefa, seguimos siendo buenas amigas y era de esas raras personas que se tomaban el tiempo para conocerte como persona y no temía elegir como subordinado a alguien que supiera más que ella, por que sabía que ella aprendería algo de uno y que también uno aprendería de ella.

A ella le tengo mucho cariño por que ha sido una de las dos personas que me han dado el proberbial jalón de orejas cuando más lo necesitaba.

Caedanto dijo...

Es cuando nos damos cuenta que tan tolerantes somos, ciertamente entre formas de ser y grado de interés nos encontramos con compañeros que pueden ser una verdadera pesadilla, y descubrimos años mas tarde que todo eso que odiábamos tenía una razón de ser, desde un matrimonio fallido hasta décadas de depresión, ciertamente no es nuestra culpa, pero yo me pregunto ¿que tan responsables somos de cuidar nuestra salud mental haciendo el pequeño esfuerzo de tolerar y aceptar a los demás? Por otro lado, ciertamente nadie tiene por que hacer su trabajo a nuestra manera, y siempre puede haber algo que compensa lo que nos parece falta de compromiso, un equipo funciona no por que todos hagan lo mismo, sino por que cada quien haga aquello para lo que es bueno de la mejor manera, aunque esa manera no coincida con el "ideal" de otro. Tolerancia creo es la palabra clave.

Saludos!

Kishiria dijo...

carlos:
excelente comentario, como tú dices todo se reduce a tolerancia

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