Una llamada al teléfono de emergencias en Florida llevó a la policía a un reporte de violencia doméstica, la víctima, de nombre Roberto Olvera, acusó a su pareja, Adyan Sánchez de atacarlo con proyectiles hechos de un alimento derivado del maíz, específicamente, tamales. La policía reportó que la víctima estaba cubierta por evidencias, es decir masa y salsa de tamales.
La agresora, de 30 años fue arrestada por ataque con violencia y explicó que la víctima la había insultado delante de su hijo y que no se lo iba a permitir.
Recalquemos que la agresora sólo le aventó los tamales, no el plato, algo que muchas mujeres en su lugar habrían hecho. Si recordamos el más famoso caso de violencia doméstica y tamales que sucedió en México, creo que la víctima la sacó muy barata.
No es el primer ataque con comida que he escuchado, la madre de una amiga mía, al criticar su esposo la comida que ella le preparó y decir que no le gustaba, le vació encima el plato de sopa, por cierto, estaba caliente. Con esto nos queda claro que insultar a una mujer en la cocina, no es una buena idea.
La nota, aquí
Nota: contra patanes no está a favor del desperdicio de alimentos ni de la violencia doméstica.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Reflexiones post-pandemia
Uno quiere vivir hechos históricos pero no de este tipo. Nos encontramos en medio de una pandemia que se veía venir, pero como, siempre, se ...

-
La canción de hoy es acerca de cambios, de hartazgo y de querer escapar de los problemas que no lleva a nada bueno: ellos saben como encontr...
-
Chat de la vida real (ustedes disculparán las palabras altisonantes) "Fulana says: que hay un mega pedísimo ahora para sacar recibos d...
-
La primera vez que me subí al metro, recién llegada de provincia, me pusieron una manoseada en la estación Pino Suárez que para qué les cuen...
3 comentarios:
Pues sí, le salió barato. La doña bien pudo haberle lanzado la olla completa de los tamales. ("covered with tamale sauce", hehehe).
Con eso de que estoy comiendo sanamente, hace como un año que no me como un tamalito. Si me lanzan uno para acá no me enojo.
Decia una señora de una comunidad indigena que cuando recien casados, su marido trato de insultarla, escojió un mal momento. Ella estaba en la cocina moliendo la salsa.
Tomando punteria con lo que tenia en la mano (el metlapil o piedra del molcajete), le dejó una herida a media frente que dolió más por el chile que por la herida.
Decia la señora que desde entonces el señor le compró licuadora y la respeta mucho.
Özer
o el plato... con todo y los tamales y agregándole el atole, bien caliente.
hahaha si me imagino que en esas circunstancias un tamal se puede antojar terriblemente lo unico malo es la tremenda ingesta de calorías.
Hluot
pues... que bueno que la señora supo ponerle los límites al marido y qué bueno que este aprendió su lección, al menos fue la bola del molcajete y no la piedra del metate...
La anécdota me hizo soltar la carcajada, pero al reaccionar a tiempo la señora se ahorro muchos problemas y que puntería tan envidiable.
Publicar un comentario