martes, 4 de noviembre de 2008

Me lo fusilé del periódico, vale la pena leerlo

este texto me lo fusilé vil y gachamente del periódico El Imparcial

Contrapunto
Cuando matar tenía sentido
Margarita Oropeza
Las leyes naturales parecen muy simples; tanto que los hombres siempre se han sentido capaces de violarlas a su antojo. Por ejemplo, los animales predadores simplemente matan a los más débiles, y algunos machos terribles como los osos polares o los leones, matan a sus propios hijos para someter a la hembra a su libidinoso capricho. En casos opuestos la viuda negra, mantis religiosa así como las abejas, matan a los machos -criaturas débiles- una vez que las han fecundado.
Casos así asombran a los biólogos, pero en términos mayoritarios, los predadores matan a los débiles de otras especies y a veces, los caníbales, a los de la suya propia.
Sólo que esa ley natural se da entre los animales por razones de supervivencia y equilibrio ecológico. Ninguna especie debe dominar por completo un ecosistema, porque se destruye. Así, los predadores matan exclusivamente para alimentarse y nutrir a sus crías. Las leonas son maravillosas, porque además de dar vida a sus hijos, mantienen a ese macho que podría comerse a sus propios vástagos. Asuntos de la ley del más fuerte. Pero todo es en función de lo mismo, quiero decir: La supervivencia de las especies y el equilibrio de los ecosistemas.
Los hombres, porque forman parte de la cadena alimenticia que la naturaleza creó, hacen lo mismo desde antes que dejaran de ser monos; juran que el más fuerte está autorizado a destruir al más débil. En un principio lo hicieron por razones de supervivencia y dominio territorial (y por lo tanto de abasto de recursos); pero conforme la civilización ha “evolucionado”-ja- esta ley se ha complicado, se ha vuelto infinitamente más sofisticada.
Personalmente, después de vencer mi subjetividad femenina y pacifista natural, terminó fascinándome el hecho de que los hombres lucharon cuerpo a cuerpo durante miles de años, hasta que su propia supuración intelectual, la tecnología, terminó traicionándolos. Cuando las guerras se medían en cantidad de guerreros y lucidez estratégica para ganar las guerras, los hombres más aptos física e intelectualmente, es decir los reyes y los grandes militares, encabezaban las batallas.
Los reyes usaban espada y sabían blandirla en forma excelente al combatir ejemplarmente a la cabeza de sus ejércitos. Era un deber. Los militares eran hombres que no tenían miedo a la muerte directa, a sentir una espada hundirse en su vientre o que les cortaran de tajo la garganta. Así vivían; por eso eran grandes hombres. Verdaderos valientes, guerreros admirables y fuertes; inteligentes, decididos y dominantes como elefantes machos, como gorilas plateados de la selva, como alces de cornamenta gigante, dueños y señores de su entorno.
Sin embargo, en tiempos de paz esos mismos hombres se dedicaban a gobernar y disfrutar del poder que se ganaban con autoridad moral y de facto. Le daban a su pueblo seguridad, procuraban abastecimiento material, compartían los dominios conquistados. Cuando fallaban en alguno de estos renglones se convertían en tiranos y terminaban sacrificados por sus mismos súbditos… siempre, ésa era también una ley natural.
Hoy han cambiado muchísimo las cosas, ¿no? La tecnología ha destruido todo lo que de noble tenía la guerra. Dios mío... nunca pensé llegar a escribir semejante barbaridad: “Lo que de noble tenía la guerra”. Pero sí tenía nobleza; los hombres son criaturas violentas y no pueden evitar competir entre ellos porque hacen falta los líderes que guíen adecuadamente las hordas, entendido ahora como los grupos sociales, las naciones. Antes eran, garantizadamente, hombres superiores al resto, por ello justamente eran líderes.
Ahora ni siquiera se necesita mucha inteligencia para conducir masas. La tecnología fabrica engaños, fantasías, imágenes poderosas para cubrir la estupidez de hombres mediocres.
La evolución de las armas es lo más diabólico. Un ejemplar humano sin mayores atributos de habilidad o ética militar puede destruir montones de vidas en un instante a cambio de dinero, por ejemplo. Cualquier sicótico puede matar en despoblado a quien le dé la gana en nuestras grandes ciudades actuales, sólo porque sí, porque esté drogado o haya perdido el juicio. Esa aparente pequeñez de la evolución de las armas nos ha cambiado la vida a los humanos y está destruyendo los ecosistemas.
A este tema se le puede agregar mucha más filigrana; pero es doloroso. Bueno, para cualquier mujer porque damos la vida y va contra nuestra naturaleza. Para los hombres es un asunto incluso apasionante.

Margarita Oropeza es escritora y licenciada en Letras. Su trabajo literario ha representado a Sonora en eventos nacionales y el Sur de los Estados Unidos. Tiene estudios de Arte y Maestría en Ciencias Sociales.

6 comentarios:

Unknown dijo...

bueno, en un principio los asuntos se arreglaban directamente entre los ofendidos, si a un poblado lo invadian, iba el rey de dicho poblado a partirse la madre con el invasor, despues la cosa cambio y genero la situacion actual, el rey descubrio que si el iba, lo podian matar y encaso de regresar vivo, mientras andaba lejos, o le bajaban a la vieja o le quitaban el trono, asi que opto por quedarse comodamente en casita rascandose los destos mientras mandaba a los demas a matarse por una causa suya, hecho que hasta la actualidad prevalece, digo, yo creo que seria chido que en vez de que estados unidos se quedara en bancarrota por los gastos de guerra, trepar a bush en un avion y mandarlo a irak a que se agarrara a madrazos con hussein y listo, todos felices, y me cae que hasta respetaria a bush, pero no, el wey nomas fue a tomarse las fotos con su traje de max steel y despues se fue a su casita a seguir haciendo pendejadas.

NEKO HIME dijo...

quiero a uno de esos nobles de antaño que menciona. dosnde los encuentro.

ella tiene toda la razon. pero la verdad dudo que el ser humano cambie porque ya no solo es el hombre sino la mujer la que ayuda a hacer esas cosas amorfas irracionales.

Kishiria dijo...

hahahahaha creo que seria lo mejor que se peleen y se partan la madre y dejen de fregar a los demás...

como le hago en Fallout 3... ¿para que molestarte en balear a la gente desde lejos si la puedes madrear a batazos?

Kishiria dijo...

ya en serio...

el ser humano es belicoso por naturaleza, hasta las pacíficas mujeres somos unas fieras si se trata de defender lo nuestro

Anónimo dijo...

bueno, lo de que seamos peleoneros, ps si, pero, si tienes una bronca con alguien, por que no arreglarla tu, en vez de mandar a los demas

Kishiria dijo...

exacto Mike

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