Uno quiere vivir hechos históricos pero no de este tipo. Nos encontramos en medio de una pandemia que se veía venir, pero como, siempre, se terminó implementando de un día a otro.
Hubo sectores que los mandaron a casa y pudieron seguir trabajando haciendo Home Office (yo fui parte de este sector) y sus jefes encontraron la manera de seguirles respirando en el cuello, y súbitamente nos encontramos como rehenes de nuestro trabajo en nuestra propia casa, con poco o ningún respeto por los horarios laborales, porque "pues estás en casa ¿no?" y acababas trabajando hasta 12 o 14 y encima quedaban otras consideraciones como hacer el quehacer, la comida etc. Con el resultado de un Burn-Out laboral del que muchos apenas estamos saliendo.
Otro sector tuvo que salir a trabajar si o si, improvisando cubrebocas, consiguiendo a precios carísimos los geles o el alcohol, viendo como desinfectar todo. Buscando una forma de obtener ingresos, muchos conocidos se volvieron conductores de Uber o repartidores de plataformas digitales. Otros más rentaron espacio en sus casas para obtener ingresos.
La pandemia se volvió un fantasma que recorría las calles día y noche, los relatos de conocidos que contraían la enfermedad se comenzaron a volver más frecuentes y también las historias de desenlaces tristes.
Historias:
- Quizás la historia más triste que supe fue de un adulto joven que en pleno lock-down se fue a una fiesta porque no creía en el covid...y contagíó a toda su familia, padre, madre, hermanos. Solo él la libró. No me imagino lo que es tener que vivir con esa culpa.
- En una vecindad que quedará a unas 8 cuadras, por muchos días no se vió a salir a nadie, hasta que un día los vecinos vieron llegar las camionetas y el personal con trajes de protección a sacar los restos. La tragedia de estas situaciones es que los sectores más vulnerables sufren más.
- Los trabajadores de la salud, médicos, enfermeros, camilleros, personal de limpieza estuvieron en las líneas frontales, con muy poco equipo, jornadas agotadoras, depresión y hostilidad de la población. Una amiga mía, epidemióloga, lucho a brazo partido para capacitar a su personal sobre las medidas básicas y para sensibilizar a los del almacen que los veían con cierto desdén y hasta dijeron "¿Y ahora si quieren jabón en los baños y guantes?"
- La hermana de un amigo, médico de la Cruz Roja, se contagió en el cumplimiento de su deber, fue hospitalizada y entubada y al fallecer, querían firmar el parte médico de causa de muerte como neumonía. Para no pagar la indemnización a la familia por enfermedad de riesgo.