viernes, 20 de marzo de 2015
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6 comentarios:
Jajajajajajaaaaa.
Voy a revisar de nuevo los apuntes de mis clases. Igual y mis alumnos ya tienen una mala impresión mía.
XD pero tú si preparas clases no?
Preparo la clase en el sentido de que llego al salón con algo previamente pensado y apuntado.
Pero es la primera vez que doy clases y los últimos días de diciembre no fueron suficientes para hacer los apuntes que me hubieran gustado.
Al menos dos veces en este cuatrimestre me he dado cuenta en el salón de algunos errores. No pasa de aceptar la equivocación frente a los alumnos y continuar. Pero no es lo que a mi ego le gusta.
es muy difícil decir y aceptar que cometiste un error, se han dado cuenta los alumnos?
Ellos me han señalado errores de nomenclatura. Cuando ha pasado volteo a ver si tienen razón y acepto el error sin darle importancia.
Los errores que me preocupan son los de concepto, pero bien dicen que el diablo sabe más por viejo que por diablo. Siempre me he dado cuenta a tiempo y antes que ellos.
Estoy de acuerdo en que es difícil aceptar los errores frente al grupo, pero el verdadero peligro consiste en caer en la necedad de querer ser infalible. Muchos maestros quieren ser perfectos y exigirle a los alumnos lograr la perfección y lo único que obtienen es elevar los niveles de estrés propios y ajenos.
Si aceptas tus errores y concedes los de ellos logras dos cosas: que dejen de estresarse y que te tengan confianza. Ambas son necesarias para dar un buen curso. De todas maneras quiero mejorar mis apuntes de clase.
Sobre todo es eso de no querer ser infalible, los alumnos se dan cuenta. uno de los maestros que más recuerdo tenía un juego... si me demuestras que me equivoco te doy puntos extra. claro, tenía dominadísima la clase pero se aseguraba de que los alumnos pusieran atencion
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