Bullying

Unos amigos nuestros se vieron obligados a sacar de la escuela a sus dos hijitas, de 10 y 9 años, a menos de 4 meses para el fin de año por una sola razón: bullying.

Arwen, una de ellas es muy introvertida, demasiado, le gusta guardar silencio y es muy observadora; tiene ligeras tendencias al autismo que se pueden tratar haciendo que la niña interactúe con los demás, la maestra no lo vió así y se desesperaba de que a la niña hay que sacarle las palabras con tirabuzón y la mandó al fondo delñ salón. Los compañeritos comenzaron a molestarla, diciéndole que era tonta, retrasada... y palabras mucho peores. Arwen se quedaba callada y solo lloraba, desde luego, al poco tiempo ya no quería ir a la escuela.

La más pequeña, Eowyn, es hiperactiva e hiperkinética y la maestra se rindió con ella, le dejó de prestar atención a lo que ella hacía y a lo que otros le hacían, por lo que sus compañeritos le quitaban las cosas de su almuerzo y el dinero que su mamá les daba para comprarse un dulce o un chicle.

Los papás se dieron cuenta del cambio de comportamiento de sus hijas y aunque les costó trabajo, logaron sacarles la sopa e hicieron lo que todo padre: ir a hablar con la maestra y posteriormente, con la directora, quien juzgo que lo más adecuado era regañar a los niños acosadores delante de toda la escuela y diciendo nombres.

Ya ni les cuento como se puso la situación; ahora están tratando de cambiar a las niñas al turno de la tarde, donde son mucho menos estudiantes y están los casos "especiales" o de plano cambiarlas de escuela, lo que no es tan sencillo.

"Estudiante especial" es una etiqueta dífícil de llevar a los 10 años.